El puente no por conocido deja de sorprender, sobre todo si se tiene en cuenta que fue construido en 1894 según diseño de Horace Jones, 61m de torre a torre con dos levas de más de 1000 toneladas cada una que se levantan hasta un ángulo de 83º en un minuto, todavía utilizando el mecanismo hidráulico original, aunque el agua se ha sustituido por aceite y los motores de vapor originales por motores eléctricos.
Nos sorprendió, por nuestro desconocimiento, la margen derecha del Támesis, Butler's Wharf, edificio histórico que ahora da nombre a toda la zona. Muelles de carga y almacenes de mercancías, no es difícil de imaginar que la actividad de entonces, y por supuesto el ambiente, era bastante diferente que el de ahora, una zona llena de apartamentos de lujo y de restaurantes, no parece mala zona para vivir. No hay muchos turistas, merece la pena un paseo y desde luego le puedes hacer la foto al Tower Bridge desde el otro lado. La zona es muy agradable y estuvimos un buen rato.
Poco a poco se fue haciendo de noche, era momento de retirarse. Así, después de volver a cruzar el puente, fue el momento de hacer las fotos nocturnas al Tower bridge y London Tower. Para terminar este segundo y largo día, vuelta a coger el metro hasta Leicester Sq para cenar en la pizzería Bella Italia, donde comprobamos la amabilidad y locuacidad de una pareja de ingleses que estaban cenando junto a nuestra mesa, no es broma realmente eran muy majos.
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